Los neutrófilos constituyen la primera línea de defensa en respuesta a patógenos invasores, mediante la fagocitosis (ingestión directa del microorganismo en cuestión), la degranulación (liberación de factores antimicrobianos contenidos en gránulos especializados), la producción de especies reactivas de oxígeno (moléculas con capacidad bactericida) o la liberación de trampas extracelulares (estructuras de DNA, histonas y proteínas que inmovilizan a los patógenos creando un ambiente tóxico para éstos a la espera de la llegada de otras células inmunes como los macrófagos).
A pesar de que los neutrófilos están presentes en los puntos de infección en las primeras fases, su papel defensivo frente a las micobacterias se ha comenzado a estudiar recientemente, primero en medicina humana y más tarde, en medicina veterinaria. Hallazgos como la asociación inversa entre el riesgo de desarrollar tuberculosis tras el contacto con el agente patógeno, y el recuento de neutrófilos en sangre sugiere que los neutrófilos tienen un papel clave en la protección frente a las micobacterias. Leer más
