Hasta hace no tantos años, la sanidad en las explotaciones ganaderas se entendía como un asunto interno del sector. Hoy se reconoce su impacto directo sobre la salud pública.
Los animales pueden actuar como reservorios (con frecuencia asintomáticos) de microorganismos zoonóticos (aquellos que compartimos humanos y animales), algunos de los cuales se transmiten a través de los alimentos. Es por ello que la granja es una parte esencial de la seguridad alimentaria; es el primer eslabón de una cadena alimentaria que se extiende de la granja a la mesa, por lo tanto, una cabaña ganadera sana es la base para producir alimentos seguros. Reducir la presencia de microorganismos patógenos en las granjas, incluidos aquellos que se transmiten por vía alimentaria, disminuye la probabilidad de que esos microorganismos puedan llegar a la cadena alimentaria.
Para reducir la incidencia de zoonosis alimentarias en los animales se deben implementar tres líneas de actuación: prevención, detección precoz y tratamiento adecuado. La prevención es el eje más importante, y se puede abordar por dos vías principales. Por un lado, mediante medidas de bioseguridad e higiene que limiten la entrada y propagación de infecciones en la granja. Por otro, a través de programas de vacunación que potencien el sistema inmune de los animales. La detección precoz, por su parte, permite identificar infecciones incluso antes de que aparezcan síntomas visibles y tomar las medidas oportunas para su contención. En caso de confirmase la presencia de un agente patógeno, es fundamental aplicar el tratamiento más adecuado, y si se requiriese la administración de antibióticos, los cuales se elegirán siguiendo las guías de uso prudente, para evitar generar resistencias.
La resistencia a los antibióticos es actualmente uno de los principales desafíos para la producción animal. En las granjas se está trabajando desde hace años para reducir el uso de antibióticos y hacerlo siempre bajo criterios de prudencia, precisamente para evitar que estas resistencias se sigan extendiendo.
Desde el Departamento de Sanidad Animal de NEIKER colaboramos con el sector para mejorar el estado sanitario de los animales. En esta línea, ofrecemos un servicio de diagnóstico que permite a los ganaderos conocer exactamente qué microorganismos están presentes en sus granjas. También desarrollamos programas de vigilancia epidemiológica para conocer la prevalencia de estos patógenos y sus resistencias, lo que nos permite seguir su evolución y evaluar el impacto de las medidas de control implementadas. Además, trabajamos en distintas líneas de investigación encaminadas a reducir el riesgo de infecciones mediante la potenciación del sistema inmunitario de los animales y de la selección genética.
